Llegó el
punto de despegue.
El camino
hacia dentro se construye con el cuerpo hacia afuera. Se internaliza lo que se vive. No hay otra
forma.
Y luego, se despega.
Momento en
que las certezas se van arraigando. En
que las dudas dejan de ser sombras para convertirse en guiños desafiantes, amigables,
cómplices.
Lograr sacarle
peso a la incertidumbre. Disfrutar de
las crisis que son la parte externa del cambio. Ser cada vez más yo, más aquí,
más ahora.
El paseo
comienza hacia adentro, el sendero es hacia afuera. Llegó el punto de despegue.
¡Enhorabuena!
Llego el momento! Vamos que las crisis son cambios, y los cambios siempre buenos.
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