20 de enero de 2013

“Tan a tiempo y tan inoportuna” . -


Con el sentir de fuera de catálogo. O de catálogo fuera de temporada.
La constancia del destiempo. De esta incoherente relación que llevamos vos tiempo, y yo.

Vos tan estructurado, yo tan caótica.
Yo disfrutando, vos con los minutos contados.
Siempre dejándome afuera de toda posibilidad, de cada elección.
Pasando raudamente, riéndote en mi cara y yo… yo tratando de alcanzarte.

Ganaste nueva batalla. Tiempo sin color, sin aromas, sin gracia.
Volví a ser inoportuna. Otra vez, no era mi momento.

Ya no correré.  Mis piernas y mi fe se han declarado en huelga por falta de testigos a tu favor.
Cuando quieras, vendrás a buscarme, con tus almanaques amarillos,
tu agenda tan llena de nombres, tus relojes que marcan el ritmo, tu ritmo.
Quizá te abra la puerta, quizá ya no me importes.
Al fin y al cabo, ¿quién sos vos, maldito tiempo, para decirme  si soy yo la inoportuna?





2 de enero de 2013

Y no .-


 Escribir, borrar, sentir, pensar. 
Volver a escribir, sentir, no entender, dudar, borrar, volver a empezar.
 Y así.
Qué fuente de sensaciones. Qué pensamientos encontrados. Qué ganas de no pensar ni de sentir esto.

Qué bronca conmigo misma y al mismo tiempo no.

  Qué amor por ser como soy y al mismo tiempo no.

Qué poco lugar a la duda. Qué certeza de indiferencia. 
Qué tomadura de pelo, qué tonta, qué poca fe.
Qué ganas de escribir gritando, qué ganas de no reprimir.
Qué idiota que siempre da, lo poco, lo bueno, da igual.
Qué ganas de no necesitar, unas palabras, un gesto, da igual.
Qué ganas de escribir mil páginas y al mismo tiempo dejar.
Qué escrito de porquería,  qué putada que no voy a borrar.