Con el
sentir de fuera de catálogo. O de catálogo fuera de temporada.
La constancia
del destiempo. De esta incoherente relación que llevamos vos tiempo, y yo.
Vos tan
estructurado, yo tan caótica.
Yo
disfrutando, vos con los minutos contados.
Siempre
dejándome afuera de toda posibilidad, de cada elección.
Pasando
raudamente, riéndote en mi cara y yo… yo tratando de alcanzarte.
Ganaste
nueva batalla. Tiempo sin color, sin aromas, sin gracia.
Volví a ser
inoportuna. Otra vez, no era mi momento.
Ya no
correré. Mis piernas y mi fe se han
declarado en huelga por falta de testigos a tu favor.
Cuando
quieras, vendrás a buscarme, con tus almanaques amarillos,
tu agenda
tan llena de nombres, tus relojes que marcan el ritmo, tu ritmo.
Quizá te
abra la puerta, quizá ya no me importes.
Al fin y al
cabo, ¿quién sos vos, maldito tiempo, para decirme si soy yo la inoportuna?