Dieciocho
de octubre, signo de libra. Pocos datos sé de vos. Creo que me has dejado
demasiado pronto. Y llena de dudas e incertidumbre desde entonces. ¿Sabes? A
veces me pregunto porqué, pero ya no me torturo más. Aprendí a vivir sin ti,
aunque suene feo decirlo. Lo que me cuesta perdonarte es que hayas elegido ese
día para morir. Justo el día de cumpleaños de mamá. Y en medio de las fiestas
de navidad y año nuevo. Sé que no fue tu voluntad, pero que maldita casualidad,
¿no? Tu ida se llevó mis ilusiones de esas fechas; es que tan solo tenía 9 años. Aún recuerdo lo
que era ir a la escuela y sentir vergüenza de no tener padre. No sé porqué
vergüenza... pero se siente. Me hago tantas preguntas de cómo sería la vida si
continuarás acá o si te hubieses quedado un tiempo más. Te reirás, pero me
pregunto qué hubieses opinado de mis minifaldas, de mis primeros cosméticos, de
mis incesantes cambios en el color de pelo. Y también de mis exámenes salvados, de mis
logros y todo eso. También me pregunto si trabajaría en la empresa en la que
estoy si vos estuvieras aquí, ya sabés que los números no me gustan, pero debo
hacerlo. Ay papá, me hiciste crecer de golpe. No te lo reprocho pues me hice
fuerte, pero me tocó tomar decisiones desde demasiado pequeña me parece. Mi
cumpleaños de quince que para las chicas en ese entonces era un sueño sabes no
lo festejé. Es que el vals se comienza bailando con el padre y vos no
estabas...
Fueron
varias las veces que deseé estar contigo, que mi desesperación te pedía a
gritos que vinieras a buscarme, pero no lo hiciste y te lo agradezco. Mantengo
pocos recuerdos pero lindos. Como cuando me grababas cantando o cuando fuiste a
ver mi primera y última obra teatral. Pensar que eso es lo que me gusta y ya me
ves... ¿será que murió contigo mi parte creativa? Dicen que me parezco
físicamente a vos. De mamá creo que heredé su amor a la vida y ha hecho como
pudo su “doble “ trabajo. Te salvaste de mi etapa adolescente (eso no vale). Me
despido por hoy papá y no escribí para rezongarte... solo tenía necesidad de
hablarte.
Donde
quieras que estés te deseo un FELIZ CUMPLEAÑOS con todo el amor que puedo.
Octubre –
2005.
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Pasaron
siete años de este escrito tan tonto y sinsentido para el mundo. Sin embargo en
estos días que no me encuentro, viene tu imagen a mi cabeza. Tus ojos limpios
de esa foto en blanco y negro que tanto me gustaría que hablaran. Tristemente
recuerdo más una foto que a vos en vida.
Hoy soy una
mujer, pero estoy tan cargada de esa niña que no pudo ser! Por eso jamás me
ajustaré, no podrá el almanaque darme pautas de cómo debería mostrarme a mi
edad. Seguiré llorando por las cosas más absurdas y escondiéndome para que no
me vean tan débil como una vez me lo pidieron. No puedo desterrar el vacío, esa
nostalgia que no llega a serlo. Estos días no me he querido, y no valgo. Hay
días que me fallo y me castigo.
Solo quiero
una manta y esconderme bajo ella un ratito.
Sin duda no existe sinsentido en esta hermosa carta, hay cosas inexplicables en la vida, porque ni siquiera hay explicaciones. Hay cosas que pasan pero otras estamos destinados a que nos persigan toda la vida, y ahí esta todo eso que aprendiste y la vida te obligo a que aprendas. Pero dile que no se preocupe, yo estoy y hay muchas personas que la amamos de alma, hay días imposibles respirar, pero aun somos tanque de oxigeno!!! No se olvide aún de grandes seguimos siendo niños, ella es una hermosa mujer, le salio buena sobre todo, a veces testaruda pero tiene un corazón, bueno para que le cuento, ya lo sabe!
ResponderEliminarGracias, corazón ! <3
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