18 de junio de 2012

Idiotas

Cada cual según su historia. Las cosas no son, a las cosas las somos. Y las expectativas que nunca fueron la mejor compañía… ¿Quién no quiso un día que alguien se la juegue? ¿Quién no quiso o quiere que alguien intente “conquistarnos”? Mientras ese alguien también espera, sueña, se ilusiona en que ese otro u otra lo “conquiste”, lo busque, lo mime. Entonces los silencios comienzan a dejar huecos. A libre interpretación y a asociaciones libres por dos pesos. Total, los supuestos siempre cobran vida. Temor al ridículo, al rechazo, a quedar como un idiota… todo eso aumenta la distancia. ¿Y quién es más idiota? ¿El que se calla?

 Vaya notificación, por miedo a los adioses vivimos despedidas en cuotas. Qué podrían ser bienvenidas cada día, siempre y cuando el ego no hablase.

 Las palabras no dichas no mueren, porque nunca nacieron. Otra vez el silencio y el vacío.
 Pero con el orgullo intacto porque no quedaste como un idiota.

 No, no quedaste. No quedé. Pero… ¿quién dijo que no lo somos?

2 comentarios:

  1. De seguro las palabras no dichas no eran idiotas

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    1. Nunca lo son. Pero cuando habla el orgullo el resto calla.

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