Mientras yo
juego un juego cada vez más aburrido. Donde las fichas están gastadas y los
caminos ya recorridos para atrás y para adelante. ¿Sabés que? En este instante
hago volar el tablero. Y el dado cayó en seis, pero no me importa.
Al azar lo
atraigo yo.
Hoy no me
salvo (y espero aprender a nunca salvarme).
De un
laberinto se sale por arriba. Entonces aprenderé a volar.
Por favor, nunca te salves!!!!
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